Piramidal, funesta, de la tierra
nacida sombra, al cielo encaminaba
de vanos obeliscos punta altiva,
escalar pretendiendo las estrellas (...)
El viento sosegado, el can dormido; (80)
éste yace, aquél quedo
los átomos no mueve,
con el susurro hacer temiendo leve,
aunque poco, sacrílego ruido,
violador del silencio sosegado. (...)
y los dormidos, siempre mudos, peces,
en los lechos lamosos (90)
de sus obscuros senos cavernosos,
mudos eran dos veces; (...)
En cuya elevación casi inmensa,
gozosa más suspensa,
suspensa pero ufana, (...)
la vista perspicaz, libre de anteojos (440)
de sus intelectuales bellos ojos (...)
y a la tiniebla misma, que antes era
tenebroso a la vista impedimento,
de los agravios de la luz apela,
y una vez y otra con la mano cela
de los débiles ojos deslumbrados
a las cosas visibles sus colores
los rayos vacilantes (...)
Llegó, en efecto, el sol cerrando el giro (...)
de orden distributivo, repartiendo (970)
iba, y restituyendo
entera a los sentidos exteriores
su operación, quedando a luz más cierta
el mundo iluminado, y yo despierta.
miércoles, 7 de septiembre de 2011
Primero Sueño - Sor Juana Inés de la Cruz
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